Nunca entendí a los melómanos. Siempre fui muy visual: necesitaba ver para conectar. Pero hace unos años, todo cambió.
La tormenta perfecta (y cómo la música me salvó)
No supe verlo venir, pero me hundí en una crisis personal: mi pareja y yo nos alejábamos, no me sentía valorada en mi trabajo, me sentía incapaz de crear y, para colmo, estábamos en plena pandemia con mi suegra en casa 😅. Era la tormenta perfecta, hasta la comedia negra se habría conmovido.
(Hoy estamos mejor que nunca, y aunque sigo buscando mi espacio profesional, ya no me siento estancada. Pero eso es tema para otro día.)
En medio del caos, la música se convirtió en mi refugio. Algunas canciones me daban energía para seguir adelante; otras exacerbaban mi rabia (en esos días en que el mundo parecía odiarme y yo le devolvía la mirada). Y luego estaban esas playlists devastadoras que me ayudaban a llorar todo lo acumulado… hasta vaciarme y poder respirar de nuevo.
Y así, sin darme cuenta, mi creatividad empezó a sanar. La crisis me obligó a conectarme con el mundo de formas nuevas, inesperadas. Donde antes veía obstáculos, ahora veía un mundo de posibilidades.
La música fue el puente. Donde antes solo había silencio incómodo, encontré canciones que gritaban lo que yo no sabía nombrar. Y así, entre acordes y estrofas, aprendí a escuchar: primero a las voces de otros, luego a la mía propia. La creatividad, descubrí, no era un don, sino una forma de supervivencia. Y la música, mi aliada inesperada.
Mi método (un poco caótico) para escribir
Pero no todo fue una epifanía gloriosa. La verdad es que... seguía siendo dispersa. Cualquier notificación, ruido o excusa para ir a la cocina me sacaba del Flow (y aún lo hace). Así que desarrollé mi rutina para escribir:
⏳ Método Pomodoro (25 min de trabajo, 5 de descanso).
📵 Teléfono lejos (mi capacidad de distracción es alarmante).
🚰 Vaso de agua en la mesa (para no moverme ni a buscar eso).
🎧 Audífonos + playlist energizante.
¿Por qué trabajo así? Porque la música me desconecta del mundo. Solo existimos el teclado y yo. Las reglas gramaticales no importan, la estructura puede esperar. Lo único que importa es vaciar mi cabeza, dejar caer todo el caos acumulado. En ese momento, solo importa soltar. Las correcciones vendrán después, cuando el torbellino haya pasado.
No es el método más pulcro, pero es el mío. A veces paso días masticando ideas, las escribo en el móvil o hago notas de voz—pero nunca las registro a mano, porque mis pensamientos van más rápido. Y entonces, cuando por fin me siento a escribir, todo ese caos encuentra su ritmo.
Al terminar, quedo agotada pero feliz, ligera. Es un proceso catártico, y a mí me hace bien.
Mis playlists salvadoras
En ese tiempo hice muchas listas. Para mí, no eran música de fondo. Eran, y aún lo son, mis cómplices de supervivencia que me dieron lo que necesitaba. Y hoy quiero compartir con ustedes parte de mi música, parte de mí:
⚡ Para cargarme de energía: Cuando el cuerpo pesaba más que las ganas de vivir.
😊 Cuando estoy feliz y quiero buenas vibras: La banda sonora de los días en que la creatividad fluye sin esfuerzo.
😢 Para esos días en que el mundo pesa demasiado: Cuando las palabras necesitaban salir con lágrimas incluidas.
Las comparto así —emojis, links y todo— porque la creatividad no es un algoritmo. Para otros son solo canciones, para mí fueron el oxígeno que me permitió seguir escribiendo cuando todo parecía ahogarme.
No sé si la música pueda salvar a todos, pero a mí me devolvió mi voz.
Me gusta mucho que hayas incluido tus Playlist en el post 👍. Btw yo a veces también escribo con música, depende de lo que escriba...pero al editar sí casi siempre escucho algo :)
Muy buen artículo Serena. Nº tiene nada de descabellado tu método de escritura. Hemingway decía que escribía ebrio y editaba sobrio. No es muy diferente al trance que se logra con una música energizante, pues lo importante es vaciar la mente y luego, con calma, se le da mejor forma. La música siempre ha sido un catalizador y a su vez medio de emociones, sensaciones y pensamientos y por ende de la creatividad que llevamos dentro.En lo particular a veces tengo tantas voces en la cabeza, que prefiero música calma e instrumental mientras escribo, pues así gana fuerza mi voz interior. Paz y éxitos! 🖖🏼